Patriotismo:
Acto heroico destinado a cautivar un amor carnal.
Por: Jeimy Trinidad #22
Para empezar, es debido reconocer que la patria es la madre común de todos ya que nos provee un sinnúmero de recursos materiales e inmateriales, capaces de enaltecer valores y cualidades integras. Es la tierra donde nacemos, la nación propia repleta de acontecimientos memorables ya sean presentes, pasados o futuros, que hacen que sus hijos e hijas día tras día la amen. De manera que, es primordial trabajar y luchar por ella, siguiendo el legado de aquellos personajes ilustres que dignamente se han preocupado por el bienestar de su país. Más sin embargo, el hecho de ser sus progenitores no nos hace fieles, pues, la vida misma nos permite vincular ese amor patriótico con otro tipo de sentimiento, sin importar lo extraño que podría resultar. Tal es el caso de dilemas como el patriotismo: acto heroico destino a cautivar un amor carnal.
Por su lado, todo individuo anhela emprender nuevos horizontes, fortalecer su futuro planeando un auténtico estilo de vida, no obstante cada paso dado suele ser unánime, es decir, piensa únicamente en si mismo sin saber que el progreso recae en un determinado plan de unión que juntos nos conduzca al disfrute del verdadero éxito. De forma que, para llegar a este fin debemos ejercer el patriotismo, ese afecto incondicional a la patria, ese esfuerzo de voluntad que conduce al hombre a realizar hechos extraordinarios, por el prójimo o por su nación. Ahora bien, el patriotismo no es cualquier títere que podemos manejar a nuestro antojo, sino más bien es un acto heroico que nace en el corazón de un ser valiente dispuesto a defender el honor de su pueblo. Pero también, nos invita a concientizar y encaminar nuestras acciones con más vigor para llegar a obtener el inesperado paraíso por el que anteriormente muchos de los patriotas mantuvieron su firmeza hasta morir.
Por otra parte, valoramos la existencia de aquellos héroes cuyo ideal plasma la lealtad ante cualquier combate o disputa, pero a la vez entendemos que al igual que nosotros poseen necesidades que suplir. Crecer, vivir, sentir, son algunas de las etapas por las que pasa el ser humano sin importar cual sea su condición o la posición que ocupe en la sociedad. En consecuencia, uno de los sentimientos mas íntimos en el individuo es la vivencia de un amor carnal, que es sin duda esa inclinación o suavidad hacia alguien que adoramos con locura y pasión, que a pesar de las condiciones insiste en adueñarse del alma de un soldado en busca de su otra mitad. Un patriota merece enamorarse y aprovecharse de las posibilidades que le impulsen a mantener su propia aventura. Aprisionar ese amor, sin temor a que el enemigo conspire en su contra, es en su totalidad un riesgo que vale la pena correr. Por consiguiente, podríamos sustentar que este tipo de afinidad conecta el ser humano hacia un mundo irreal donde todo es posible, donde nunca correremos el riego de desertar.
Hasta cierto punto, hemos abarcado temas que de una manera u otra intervienen en las sensaciones percibidas por un individuo atado al heroísmo, pero en realidad ¿Cómo influye el patriotismo en el amor carnal?. Diremos que esta incógnita es una especie de guardia donde cada gente armada defiende su puesto, pelear para obtener la victoria es su fin y al realizar cualquier ataque, cada fusil dispara una flecha directo al corazón, que certifica el comienzo de una doble batalla. Más concretamente, dicha afirmación insiste en aprisionar ese cariño especial del que brota una llama encendida, dejando en vano los malos rumores, pues, incide de forma inesperada, a modo de lujuria, como un vicio consistente hacia los deleites carnales, una enfermedad difícil de curar, esa droga incontrolable, o algo que no podemos evitar. Por tanto, lanzarse al precipicio no es la mejor solución ya que debemos dar la cara y enfrentar nuestras inquietudes, siempre y cuando actuemos de forma correcta, o lo que es lo mismo, optar por auxiliarnos de una vertiente cuyo objetivo sea orientarnos. Este es el caso del famoso escritor Joseph Conrad que en su obra denominada “Gaspar Ruiz”, Juega con ambos sentimientos y sostiene que Gaspar es un gigante, un forzudo poderoso lleno de nobleza, un héroe de la desgracia pero también del amor a quien se le atribuye una vida apasionante.
Para finalizar, es necesario reafirmar que la heroicidad surge del sentir humano y de aquellos justicieros dispuestos a adquirir un espíritu de salvación ante tanta calamidad, pues, el mundo solicita que entre sus miembros haya un bien común. De modo que, ese intento de superación gira en torno al amor patriótico y al uso de nuestra propia fuerza por querer posicionar una muestra de fidelidad, dejando en vano la cotidianeidad o las irregularidades que puedan interferir. Pero este tipo de ideal no abandona lo esencial, es decir, un individuo presenta condiciones y emociones provenientes de su interior, debe suplirlas como cualquier otro, sin atender el rango o cargo que este ocupe. Entendemos que el batallar por el logro de algún objetivo es su labor más el corazón le exige que lo escuche y que aprisione ese afecto especial, sin importar lo que la opinión publica le susurre. Por ende, cultivemos la lealtad, pues lo que enaltece al hombre es su interés por emprender nuevos cambios, factibles al bienestar social que inculquen a nivel general el patriotismo: acto heroico destinado a cautivar
un amor carnal.
un amor carnal.